Entrevista con Alain de Benoist

El padre de la Nueva Derecha francesa: «Los que tienen problemas para llegar a fin de mes son los que votan a Le Pen»

El pensador Alain de Benoist analiza el panorama político francés a pocos días de la segunda vuelta de las presidenciales

Si la segunda vuelta fuera Mélenchon vs. Le Pen, ¿quién ganaría?

«Sólo el proletariado ama a Le Pen», por Gabriel Albiac

Alain de Benoist en su domicilio de París S.N.

Silvia Nieto

El filósofo Alain de Benoist (Saint-Symphorient, 1943) recibió ayer a ABC en su domicilio de París, en una casa de un distrito del este en la que los gatos campaban a sus anchas y un cenicero desbordado revelaba que estábamos a punto ... de entrevistar a un fumador empedernido y polémico. Padre espiritual de la llamada Nouvelle Droite (Nueva Derecha), una corriente de reflexión política que tomó forma a finales de los años 60 y de la que han bebido algunos movimientos actuales populistas y de extrema derecha , interesarse por su pensamiento ayuda a orientarse en el confuso mapa político francés.

Usted se ha definido como un hombre con valores de derecha pero ideas de izquierda. ¿Cómo es eso?

Me podría definir como un socialista conservador . Tengo posiciones cercanas a Jean-Claude Michéa. Michéa insiste mucho en en que la izquierda y el socialismo no son necesariamente lo mismo. Creo que tiene razón. También es una forma de decir que no me gustan mucho las etiquetas. Lo que me interesa es el contenido.

Lleva muchos años hablando de la batalla cultural, que ahora es un término de moda. ¿En qué consiste?

Considero que hay un vínculo entre la guerra cultural y la política. Lo aprendí leyendo a Gramsci , que esencialmente sostenía que no hay revolución política posible si no ha sido antes preparada en los espíritus a través del trabajo intelectual y la difusión de ideas y valores. Un ejemplo clásico es la Revolución Francesa, que fue ideada por la filosofía de las Luces. Incluso una serie en televisión puede influir en la manera de pensar de las personas.

También es ecologista.

Soy totalmente favorable a la ecología. He escrito varios libros sobre el tema y a favor del decrecimiento . Pero creo que los partidos ecologistas son bastante decepcionantes, porque se preocupan por cosas que no tienen nada que ver con la defensa del medio ambiente y la naturaleza.

«El hecho clave de las elecciones es la vuelta de la lucha de clases»

¿Qué cree que va a pasar en la segunda vuelta del domingo?

Si se miran los sondeos, Macron va a ser reelegido. Creo que eso es lo más probable, pero al mismo tiempo no estoy completamente seguro. Me parece que Marine Le Pen tiene una pequeña posibilidad de ganar . Si el debate le es desfavorable, es muy difícil.

Los obreros cada vez dan más la espalda a la izquierda y votan a Le Pen. ¿Cómo se llega a ese cambio?

Las razones son bastante simples. Le Pen ha desarrollado una estrategia popular. Los que la votan son personas que sufren, piensen lo que piensen sobre ella. El hecho fundamental de estas elecciones es el regreso de la lucha de clases. La habíamos olvidado, pero está ahí más que nunca. La mejor definición del electorado de Le Pen se hace por su clase social . Ahí es donde se ha diferenciado por completo de la candidatura de Zemmour. Los votantes de Zemmour no se encuentran en estado de inseguridad social, pero sí sufren inseguridad cultural por la inmigración y el islam. Tampoco tienen problemas para acabar el mes y no están amenazados en su existencia cotidiana. El electorado de Le Pen, sí. La transferencia del antiguo electorado obrero y proletario de los partidos de izquierda al Frente Nacional, ahora Agrupación Nacional, no es un fenómeno nuevo, pero se ha acentuado y cada vez va a más.

Siguiendo ese razonamiento, ¿qué clase ha votado por Macron?

La dominante. Macron es el candidato de los ricos y los ancianos , de los jubilados y la burguesía de izquierda y derecha. Es lo contrario a Le Pen . Cada uno actúa en su registro. Le Pen busca establecer un bloque popular frente al bloque elitista y burgués de Macron. Ni uno ni otro se sitúan a izquierda o derecha y ambos intentan aparentar que se encuentran más allá. Queda, por un lado, el populismo, y, por el otro, un contrapopulismo, pero de un tipo francés muy particular. Los franceses somos muy raros. Como decíamos, el electorado de Zemmour y Le Pen no es el mismo. Tampoco su estrategia. El voto a Zemmour es claramente antiinmigración, mientras que el voto a Le Pen es antisistema, lo que incluye una crítica a la inmigración, pero dentro de la crítica global al sistema. Si lo resumimos y decimos que hay dos candidatos de extrema derecha, no vemos las diferencias.

Usted ha reiterado en varias ocasiones que el eje derecha-izquierda ha dejado de servir para analizar la política francesa actual. ¿Por qué?

Porque está en vías de desaparición. La gente dice que es de izquierdas o derechas, pero hay izquierdas muy diferentes y derechas muy distintas. Además, todos los grandes problemas actuales, y sobre todo los internacionales, son transversales y dividen a los que todavía se denominan así. El gran acontecimiento de estas elecciones es la desaparición en Francia de lo que se llamaban partidos de gobierno , que estructuraban desde hacía medio siglo la vida política con alternancias izquierda-derecha. El Partido Socialista, un partido formidable e histórico en defensa de los trabajadores, sacó un 2 por ciento de los votos. Su homólogo en la derecha, Los Republicanos, heredero de los gaullistas, sarkozystas y giscardistas, se encuentra completamente en declive. Pécresse ha hecho una campaña muy mala, pero creo que no es la única responsable. Los antiguos partidos desaparecen. Son justamente los partidos que se definían según el eje derecha-izquierda.

«El voto obrero y proletario a Marine le Pen se ha acentuado y cada vez va a más»

Los análisis sugieren que un tercio de los votantes de Mélenchon va a votar a Le Pen en la segunda vuelta.

Lo sabremos por los análisis de voto, porque Mélenchon ha dicho que no hay que votar por Le Pen y los votantes de su partido que van a hacerlo no lo dicen. Creo que un tercio votará a Macron, otro a Le Pen y otro elegirá la abstención o voto nulo. La situación no es como en 2017, cuando no se sabía gran cosa sobre Macron. No está claro que alguien de izquierdas que haya pasado cinco años protestando contra sus políticas le vaya a votar. Si lo hacen, es por antilepenismo, pero el antilepenismo es puramente negativo y está vacío como postura . La mayoría de los votos van a ser por descarte. Habrá quienes voten a Le Pen porque no les gusta Macron y viceversa. Si Macron es reelegido, lo será en un país donde el 60 por ciento de los ciudadanos prefiere que no salga.

Ayer hablé con algunas personas por la calle y no parecían demasiado entusiasmadas por las elecciones.

El antilepenismo dice que Macron es malo y Le Pen es peor, pero Le Pen nunca ha ejercido el poder, así que no deja de ser una especulación. Con Macron, ha habido chalecos amarillos y protestas por la jubilación. La precariedad se ha extendido y se ha experimentado una reducción del poder adquisitivo.

¿Qué opinión le merece Mélenchon?

Es un buen político, un hombre con experiencia y un orador formidable , el mejor sin duda en Francia, pero está en una posición muy difícil. Su electorado no es homogéneo. Sobre todo, es de tres tipos: el seducido por el populismo de izquierdas, como Podemos en España; los movimientos sociales, como el LGTBI, el feminista y los musulmanes; y el más coherente, los jóvenes diplomados pobres. Los que se pasarán a Le Pen serán los populistas de izquierdas. Los otros optarán por Macron o la abstención.

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