Ada Colau multa a diario a decenas de ambulancias por exceso de velocidad
Los nuevos radares no distinguen a este tipo de vehículos, cuyas empresas denuncian el «caos» mientras el Ayuntamiento reconoce disfunciones
Guardias Civiles acusan a la DGT de priorizar la instalación de radares sobre la seguridad

Multar a una ambulancia por exceso de velocidad o por mal estacionamiento mientras está realizando un servicio escapa de toda lógica. La actual normativa de circulación tampoco lo avala. Sin embargo ocurre; al menos en Cataluña. Los trabajadores del sector del transporte ... sanitario llevan meses al borde de la rebelión. Los nuevos radares instalados por el Ayuntamiento de Barcelona, algunos de los cuales limitan la velocidad a 30 kilómetros por hora en los entornos escolares, han sido el detonante.
La compañía 'Ambulancias Domingo', especializada en el transporte sanitario urgente y no urgente en Cataluña y una de las más representativas en el sector, recibe, según denuncian a ABC fuentes de la empresa, unas 60 multas semanales por exceso de velocidad de sus vehículos en horario laboral, es decir, mientras realizan servicios sanitarios. El artículo 27 de la Ley de Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial establece que los vehículos que realizan un servicio de urgencia «cuando se hallen en servicio de tal carácter, tienen preferencia de paso sobre los demás vehículos y otros usuarios de la vía» y «pueden circular por encima de los límites de velocidad establecidos y están exentos de cumplir otras normas o señales, en los términos que reglamentariamente se determine».
No obstante, los radares no discriminan y cuando un vehículo pasa a velocidades superiores a las establecidas lanza la foto. Esa imagen, en la que aparece el vehículo y puede visualizarse la matrícula, la hora a la que circulaba a esa velocidad, y el punto de la ciudad en el que transitaba, se dirige a la compañía responsable de la ambulancia en cuestión.
El Ayuntamiento le reclama entonces el nombre del conductor para enviarle la sanción correspondiente de forma nominal y cuando éste (el conductor de la ambulancia) la recibe, la compañía de transporte sanitario presenta ante el ente municipal las alegaciones pertinentes. Alega, básicamente, que el vehículo en aquel momento realizaba un transporte sanitario urgente y, según argumentan fuentes municipales, «se retira la sanción de forma inmediata». «Todo forma parte de un procedimiento establecido. Los radares no discriminan. Se pone la multa en un primer momento pero cuando se justifica esa multa se retira. Las compañías ya lo saben», aseguran desde el Consistorio.
El Ayuntamiento de Barcelona reconoce que hay una disfunción y que trabaja para resolverla. «El Ayuntamiento no tramitará ninguna sanción a ninguna ambulancia en servicio de emergencia que exceda de los límites de velocidad controlados por radar. En estos momentos, se trabaja para agilizar la resolución de este tipo de casuísticas, después de la entrada en funcionamiento de los nuevos radares y en los próximos días, el Instituto Municipal de Hacienda y la Generalitat mantendrán reuniones para fijar soluciones para evitar estas situaciones y poderlas corregir», señalan portavoces del Ayuntamiento en declaraciones a ABC.
Solo para emergencias
Recuerdan, en este sentido, que «las ambulancias están exentas de cumplir los límites de velocidad cuando circulan en servicio de emergencia, pero que el resto del tiempo están sujetas a las mismas normas de circulación que todos los demás vehículos».
Desde el Sistema de Emergencias Médicas (SEM) de la Generalitat, que contrata a las compañías de ambulancias para realizar los servicios públicos, reconocen también el problema y aseguran a este diario que «nuestros gabinetes jurídicos están desde hace tiempo en contacto con los del Ayuntamiento para resolver esta situación». «Estamos convencidos de que se hallará pronto una solución», añaden tras ser preguntados por este diario.
Portavoces de Ambulancias Domingo aseguran que la situación es «insostenible» y reclaman una «solución urgente». «Es un caos. Recibimos hasta 60 multas semanales, sobre todo desde que han instalado los nuevos radares en la ciudad. Además, no siempre aceptan las alegaciones. En muchos casos hemos tenido que asumir nosotros la multa como compañía», denuncian portavoces de la empresa de transporte sanitario, una de las principales adjudicatarias del Sistema de Emergencias Médicas (SEM), organización del sector público del Servicio Catalán de la Salud (CatSalut) que está adscrita a la Generalitat.
Dirigidas al conductor
Según explican, la compañía se ha reunido en varias ocasiones con el Ayuntamiento para encontrar una solución al problema pero «ahora ya es una cuestión urgente». Este diario ha tenido acceso a tres multas, en las que se comprueba que van dirigidas nominalmente al conductor, y un documento que acredita que no siempre se aceptan las alegaciones.
T. A. L., técnico de emergencias médicas de Ambulancias Domingo, da fe de ello. Acumula dos sanciones por exceso de velocidad. En ambas estaba realizando lo que se conoce como «un servicio de emergencia». En la primera, transportaba, según explica, desde el Hospital Parc Taulí de Sabadell (Barcelona) hasta el Hospital del Mar de Barcelona un órgano para ser trasplantado. «Cuando me llegó la multa no daba crédito. Me multaron en la Ronda Litoral por ir demasiado rápido. Y lo iba. No puedo circular a 80 kilómetros por hora sabiendo que hay un paciente abierto en el Hospital del Mar esperando el órgano», indica el trabajador en declaraciones a ABC. Para más inri, las alegaciones que remitió la compañía al Ayuntamiento no fueron aceptadas y el técnico de emergencias recibió semanas después una notificación de embargo. «Esto es un sinsentido», indica a este diario.
«Cada minuto cuenta»
La última sanción que le notificó el Ayuntamiento corresponde, según explica, al traslado de un paciente de edad avanzada con fractura de fémur desde su domicilio al hospital. «No podía perder ni un minuto porque la lesión era importante y había sangrado interno. Son transportes prioritarios en los que cada minuto cuenta», señala el trabajador. «Ese desastre impacta en la salud de los pacientes. Con una parada cardíaca no puedes seguir los límites de velocidad. Los saltamos porque lo prioritario es la salud de la gente», concluye.
El sindicato Sindi.Cat, mayoritario en el sector, denuncia que muchos de sus afiliados «tienen que añadir a su carga física y psicológica habitual el tener que soportar el caos en las calles de Barcelona motivado por la política antivehículos del Ayuntamiento de Barcelona». «El objetivo del plan del Ayuntamiento sería reducir la movilidad de vehículos privados en la ciudad, el uso masivo del transporte público, y que se amplíe la red de carriles bici, pero no piensan nunca en los trabajadores que usan la vía pública cada día para hacer su trabajo. ¡Los trabajadores del sector sanitario estamos hartos de los inventos de los políticos con las calles de Barcelona!», precisan en declaraciones a ABC desde el sindicato, que denuncia también que algunos de sus afiliados que estaban realizando un servicio han sido multados por mal estacionamiento. «Dejamos la ambulancia donde podemos porque la ciudad está llena de obras preelectorales. A veces hemos de trasladar un paciente con silla de ruedas desde la acera contraria a su destino sorteando carriles bici y todo tipo de vallas», precisa el portavoz del sindicato Fernando Miguélez.
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«Sufrimos más estrés laboral porque tardamos más tiempo en llegar a nuestro destino y eso también impacta en los pacientes. Llegar con retraso puede empeorar el pronóstico de los pacientes que transportamos», advierten. Confían en que las próximas reuniones previstas con el Ayuntamiento permitan «poner fin a este caos».
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