LIBROS
La verdad literaria de María Navarro Skaranger
NOVELA
El sello Círculo de Tiza acaba de publicar en español a una de las voces más prometedoras de la literatura noruega actual
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Hija de padre chileno y madre Noruega, María Navarro Skaranger nació en Oslo, en 1994. Comenzó a escribir desde muy pronto y con resultados impresionantes. Su primera novela 'Todos los extranjeros tienen las cortinas cerradas' fue galardonada con el First Novel Prize. A esa ... siguieron 'El Libro del dolor', reconocido con el European Union Prize for Literature en 2020 y el Oslo Prize; 'Emily siempre', finalista del Booksellers Prize 2021 y el Young Critics Prize 2021. 'Silbido en el viento oscuro', su cuarta novela, acaba de ser traducida al español por Ana Flecha Marco para el sello Círculo de Tiza, que ha hecho una apuesta importante por la obra de esta autora, al menos así se desprende de la publicación conjunta de sus dos novelas más recientes.
A través de una prosa directa, María Navarro Skaranger narra las vidas de los hombres y mujeres que viven en los suburbios de Oslo. Propone el paisaje humano de la periferia y lo exprime hasta extraer el jugo de la soledad, la pobreza y el nervio de quienes, aun naciendo en el proyecto socialdemócrata por excelencia, habitan los márgenes de una ciudad, una clase social y una generación que es la suya. «Mis libros se refieren a la gente en los suburbios de Oslo, que es donde crecí, un lugar caracterizado por la pobreza y con muchos inmigrantes», explica al otro de la pantalla. La forma de hablar de María Navarro Skaranger se parece a su prosa. Es dulce y tierna, a la vez que devastadora. Escribe despellejando. Si en su novela 'Emily siempre' narra a una joven de 19 años embarazada de siete meses cuando su novio la deja, en 'El silbido oscuro del viento' propone el retrato de tres generaciones de mujeres que viven se pasan el testigo de sus propias desgracias: viven en los suburbios, algunas no conocen a su padre y probablemente sus hijos tampoco conozcan al suyo, pero sueñan con una vida distinta. Es Justo esa pulsión y la electricidad que mana de ella es lo que hace su escritura distinta, incluso de lo que se espera.
«El tiempo pasó. Hoy vivo en otro lugar. Me convertí en escritora. Tengo dos hijos muy educados. Pero mis personajes, como Emily, se quedó en los suburbios y está trabajando en un supermercado. Yo trabajé también en un supermercado, pero me fui. Ahora que me he mudado, quise volver a casa, pero me di cuenta de que me había transformado en el camino », la paradoja de Navarro está servida. Ya no pertenece a los suburbios, pero tampoco encaja en la nueva vida que se ha procurado. «Trato de decirme que soy la misma persona, pero no. Es una gran pregunta existencial. Tenemos la impresión de que Noruega en general, pero también la literatura traducida noruega, somos un país rico».
Al preguntar cuáles son sus coordenadas lectoras y literarias, María Navarro evita cualquier pedantería. Y acaba llegando a la conclusión de que si escribe, es porque leyó y lee mucho. ¿Algún autor en particular? ¿Alguien la ha marcado o influido? «Lucia Berlin, por ejemplo, ella ha tenido una gran influencia, porque ella cuestionó el elemento biográfico. Ella escribe sobre sí misma, pero no exactamente. Insiste en que lo que está escribiendo es la verdad, la verdad literaria». Consiente de que no quiere limitar su voz a un tipo de historia, María Navarro está buscando otros lugares desde donde escribir. Sus orígenes chilenos, quizá, pero aún no es momento de adelantar nada. «Evité escribir sobre Chile y Pinochet. Mi padre es refugiado. Vino a Noruega solo y aquí se quedó. Nunca habló en español. El mío, de hecho, es muy pobre». De momento, acomete su quinta novela.
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